jueves, 23 de junio de 2016

¡OH, CAPITÁN! ¡MI CAPITÁN!

Así comienza el famoso poema de Walt Whitman:


¡Oh Capitán! ¡Mi Capitán! Nuestro temeroso viaje está hecho;
el buque tuvo que sobrevivir a cada tormenta, el premio que buscamos está ganado;
el puerto está cerca, escucho las campanas, todo el mundo está exultante,
mientras siguen con sus ojos la firme quilla, el barco severo y desafiante.


Vuelve Alberto Zapater al Zaragoza (Foto: Espíritu Deportivo)
Y entonces pienso en Alberto Zapater. El Capitán. Nuestro Capitán. Porque sí, porque uno de los nuestros vuelve a casa, al lugar de donde nunca tenía que haber salido. Porque vuelve un león, un zaragocista de alma y corazón. Porque sabemos que se dejará la piel en el campo y que sus palabras darán paso a los hechos. Porque sabemos que no vende humo, que está preparado, que no viene a empujar al equipo desde la grada o desde el banquillo. Porque vuelve al Zaragoza para capitanearnos en todas las batallas. Y porque, una vez más y como siempre, Zaragoza no se rinde.

José Antonio López Arilla.
Twitter: @jalopezarilla.
Instagram: josean_lopez.


lunes, 20 de junio de 2016

PLANTILLA: DEL PASADO, POCO QUE DECIR

Alberto Zapater vuelve al Zaragoza (Foto: El Periódico de Aragón)
Después de varias horas intentando explicar con qué jugadores de la actual plantilla contaría para la próxima temporada, he borrado las casi tres páginas de informe y he decidido hacer una entrada muy breve. Además, no me quiero perder la presentación de Alberto Zapater.

De la campaña ya finalizada, y no dejando que lo de Palamós influya en mi análisis, me quedaría con muy pocos futbolistas. Por suerte, Hinestroza fue el primero en largarse. ¡Gracias, Freddy! ¡Gracias por irte sin decir adiós!

Siguió sus pasos Guitián, con el que sí hubiera contado, porque fue una pieza clave durante buena parte de la segunda vuelta, aunque en los últimos partidos estuvo realmente flojo. Ha decidido irse al Valladolid. No pasa nada. A ver si ahora va a resultar que teníamos a Franz Beckenbauer en el Zaragoza y nadie se había dado cuenta.

Seguimos. Lanzarote no es Messi ni Culio se parece a Iniesta. Bajo los palos pudo jugar Bono, pero Carreras lo quitó después de un par de partidos en los que el marroquí estuvo nervioso. Manu Herrera salvó goles cantados, pero también encajó otros casi ridículos. Falta portero.

En defensa, sí me quedaría con Isaac, porque al menos mostró un mínimo de pundonor. Cabrera y Rico tendrían sitio, pero posiblemente sean vendidos. Y sería un sueño contar con Vallejo, pero no creo que tengamos esa suerte.

A Jaime Romero le gustaría seguir en el Real Zaragoza
En el centro del campo, prácticamente todos fuera, excepto Javi Ros, que es de los pocos que han demostrado algo, Diamanka, que sostuvo al equipo con Popovic y al que Carreras secó, y Jaime, porque sus lágrimas en Palamós fueron sinceras y porque se dejó la piel para volver antes de que acabara la temporada. Además, insiste en que le gustaría seguir. Quizá también daría una oportunidad a Wilk, porque la lesión le impidió demostrar su valía.

En punta, ¡qué poquito gol hemos tenido! ¡Cuántas ocasiones falladas! ¡Cómo hemos echado de menos a Borja Bastón y a William José! Necesitamos un delantero en condiciones. Dongou y Ángel no son suficientes ni jugando juntos. Ortí no lo ha hecho mal cuando ha salido. Pero ha salido tan poco...

Mañana más, que ahora vuelve un símbolo: Alberto Zapater.

José Antonio López Arilla.
Twitter: @jalopezarilla
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UNA MÁS ACERCA DEL ENTRENADOR

Lluís Carreras no logró meter al Zaragoza en promoción (Foto: Heraldo)
Creo recordar que fue Isaac Carcelén quien en una entrevista señaló que si los jugadores no quieren, no hay entrenador que levante un equipo. Y es cierto. Carreras no pudo alcanzar los objetivos no porque no quisiera, sino porque los futbolistas no estuvieron a la altura. Faltó aptitud y, por supuesto, actitud. No solo en Palamós, aunque aquel 6-2 nos acompañará el resto de nuestras vidas. La herida se curará, pero la cicatriz nos recordará que un día hicimos el ridículo ante un equipo descendido que se limitó a correr más que nosotros.

En contra de Carreras, y siempre es mi opinión personal, diría que hasta que llegaron los refuerzos de invierno no supo hacer nada diferente a lo que planteaba Popovic. Con el equipo renovado, el Zaragoza disputó sus mejores encuentros. Pero los rivales aprendieron la lección y el técnico de Sant Pol no supo poner en práctica un plan b. O los jugadores no quisieron aplicarlo.



Popovic consuela a Rico en el Insular (Foto: El Periódio de Aragón)
De Popovic me ahorraré comentarios. Lo único que puedo decir es que, aunque nos quedamos a pocos minutos del ascenso, su planteamiento en el Insular fue rácano, pobre y absurdo. Intentó "defender" el 3-1 de la ida sin tener en cuenta que el Zaragoza no sabía "defender", que en ese aspecto Las Palmas era tan malo como nosotros, y que encerrar al equipo atrás permitió a los canarios limitarse a atacar sin preocuparse por guardar su portería. Si hubiera lanzado el equipo al ataque, podríamos haber perdido, pero lo hubiéramos hecho con las botas puestas. Y quién sabe si hubiéramos podido destrozar a los amarillos.


Milla intentará llevar al Zaragoza a Primera (Foto: Marca)
Hoy toca pasar página. Luis Milla, como decíamos en la entrada anterior, será el responsable de llevarnos a Primera. El turolense tendrá que luchar contra los recortes en materia económica, contra las urgencias históricas y contra un entorno dolido por todo lo que ha sucedido en la última década. Pero tendrá a favor que la dirección deportiva tratará de conformar una plantilla que luche por el ascenso y que el club aún tiene vitola de equipo histórico con ansias de volver a ser lo que fue, por lo que muchos jugadores aún dirían sí a una llamada del Zaragoza.

José Antonio López Arilla.
Twitter: @jalopezarilla
Instagram: josean_lopez


viernes, 17 de junio de 2016

LUIS MILLA, PRIMERA PIEDRA DEL NUEVO PROYECTO

Luis Milla, nuevo entrenador del Real Zaragoza (Foto: Espíritu Deportivo)
Han pasado casi dos semanas de "lo de Palamós". Aunque la mayoría de nosotros no olvidará lo sucedido, es hora de pasar página y empezar a soñar con el nuevo proyecto. Y eso mismo debe de pensar Narcís Julià, que ya ha presentado al entrenador que tratará de llevar al Real Zaragoza a Primera División: Luis Milla. Yo pensaba que hasta el próximo lunes no sabríamos nada, porque mañana se juega el Girona-Osasuna, último partido de la temporada, y Pablo Machín podría haber sido uno de los candidatos al banquillo zaragocista en caso de no haber logrado el ascenso con la escuadra gerundense.

Días atrás, Julià había trazado las líneas maestras sobre las que quiere empezar a construir el proyecto, no solo en cuanto a los futbolistas de la primera plantilla, sino también en torno a la figura del entrenador. Es cierto que Luis Milla no acumula gran experiencia en Segunda, aunque sí es verdad que cuajó una excelente primera vuelta con el Lugo la pasada campaña. Dejó el club lucense en puestos de aspirante a promoción justo antes del partido de La Romareda en la segunda vuelta.

Además, Milla es aragonés y siempre se ha mostrado zaragocista, aunque nunca se dio la oportunidad de jugar en el cuadro blanquillo. Ya sé que muchos me diréis que también son aragoneses Víctor Fernández y Víctor Muñoz y no salieron bien parados en su último paso por el Zaragoza. Pero nadie puede poner en duda los éxitos que ambos alcanzaron: permanencias, Copas, Recopa.

Como siempre, el fichaje del nuevo entrenador gustará a unos y no tanto a otros. Cada uno de nosotros tiene un director deportivo en su interior. Y un entrenador. Por mi parte, debo decir que sí me ilusiona la opción elegida por Julià. Tengo el miedo en el cuerpo después de lo que vivimos en Las Palmas hace un año y tras el ridículo frente a la Llagostera. Por eso, porque no se ha acertado con el entrenador tras la destitución de Víctor Muñoz, considero vital que salga bien esta vez. En todo caso, las encuestas que se han publicado estos días coinciden en señalar que la mayoría sí está de acuerdo con el fichaje de Luis Milla.

La Romareda (Foto: Cadena Ser)
Dicen que Zaragoza no es una plaza fácil, que el público aprieta y se enfada cuando el equipo juega mal. Pero... ¡Como en la mayoría de campos! ¡No nos engañemos! Por el contrario, y en nuestra defensa, también debemos decir que los seguidores zaragocistas aplaudimos a rabiar a poco que se nos da, como en el partido frente al Athletic B, que nos estaba avasallando y con tres jugadas de ataque y el segundo gol blanquillo se puso La Romareda en pie. El problema, a mi juicio, es que durante décadas se ha jugado a fútbol en Zaragoza. Durante muchos años, cuando el equipo del león marcaba el primero, acto seguido se iba a por el segundo. Y ahora llevamos una época gris, muy oscura, deprimente, en la que marcamos un gol y nos echamos atrás para defender la renta. Y así nos va. Porque la mayoría de veces los rivales se aprovechan de nuestros miedos y de nuestros males (defensivos) para lograr puntos que hace muchos años no hubieran soñado: Numancia, aquí y allí, Huesca, aquí y allí, Osasuna, etc. Pero, en definitiva, en Zaragoza no nos comemos a ningún jugador. Y menos si se deja la piel en el campo.

Mañana, mi reflexión sobre la futura plantilla. ¿Con quién me quedaría de la actual? ¿Con quién no?

Hinestroza, el primero en salir tras una campaña decepcionante
Por cierto, siguen sin contarnos qué pasó en Soria y en los días posteriores a aquel partido. Supongo que nunca lo sabremos. Quizá no pasó nada concreto. Quizá solo fue que el equipo se descentró. ¿Quién sabe? Lo que sí tengo claro es que algo pasó: si echamos la vista atrás, recuerdo que Hinestroza sale andando cuando es sustituido por Pedro a falta de diez minutos y con empate a cero en el marcador. Cuando digo andando es andando como si el resultado valiera. Y también recuerdo a Dongou en el encuentro frente al Oviedo. Salió cuando faltaban unos veinte minutos para intentar llevar el balón al área rival y lo hace completamente dormido, lento y despistado. En fin, algo tuvo que pasar, porque no se entiende esta falta de actitud que nos llevó a quedar fuera de la promoción.

Buen fin de semana.

José Antonio López Arilla.
Twitter: @jalopezarilla
Instagram. josean_lopez



jueves, 9 de junio de 2016

REAL ZARAGOZA: LAS BASES DEL FUTURO

Los jugadores frente a la afición en Palamós (foto de www.marca.com)
Han pasado cinco días de la negra noche de Palamós. Sigo enfadado con el mundo. Mejor dicho, con un mundo… Con un mundo de futbolistas que tienen el excelso honor de defender una camiseta y un escudo, que cobran por haber cumplido el sueño de su vida y que forman un selecto grupo de privilegiados de la vida. Lo mínimo que se les puede pedir es profesionalidad, decencia y orgullo. Todo eso y mucho más quedó en entredicho después de que la Llagostera nos pasara por encima como un ciclón y arrasara a un equipo, sin respuesta, a una afición, que sigue desolada a día de hoy, y a una ciudad como Zaragoza, gloriosa e inmortal, que merece un equipo campeón.


Lapetra pidió la ayuda de todos para seguir adelante (foto de Heraldo)
En cuanto a las ruedas de prensa de la semana, poco que decir. Intentaré ser objetivo en la medida de lo posible. El presidente Lapetra fue el primero en comparecer ante los medios de comunicación. Aunque muchos lo critican porque no pidió perdón, lo cierto es que sí lo hizo con anterioridad y sí estuvo junto a los aficionados que presenciaron la debacle zaragocista frente a la Llagostera.

En la rueda de prensa demostró su talante de gestor e hizo el papel que su cargo requiere, frío y basado en los números (rojos), y más si tenemos en cuenta que el Real Zaragoza se encuentra en este momento en una caótica situación económica, que están tratando de reconducir. El ascenso a Primera hubiese dado una gran vitalidad al proyecto zaragocista, pero todos sabemos, y Lapetra, entre otros, lo había reconocido públicamente, que siempre se había contemplado la posibilidad de que el equipo podía no subir. De hecho, la vía de la promoción no deja de ser una lotería.

Lapetra hizo un llamamiento general a las instituciones aragonesas, a los empresarios que quieran formar parte del club y a los aficionados. Considera que todos somos necesarios en esta prolongada y tediosa reconstrucción del Zaragoza. Eso sí, perdió la oportunidad de pedir perdón a todos de forma generalizada. Él no jugó en el municipal de Palamós, pero sí es el máximo responsable del club y tenía que haber mostrado su enfado con mayor vehemencia. En todo caso, este es tan solo mi punto de vista.

Julià trazó las líneas del futuro Zaragoza (foto de El Periódico de Aragón)
En cuanto a la rueda de prensa de Julià, sus palabras se quedaron entre poco y nada. Bien es verdad que me lo imaginaba. Como periodista, y de nuevo como aficionado, me hubiera encantado que nos diera el nombre del futuro entrenador del Zaragoza, o de las opciones que baraja la dirección deportiva para el banquillo, de los posibles fichajes, o de qué jugadores podrían quedarse. Pero, por el contrario, si yo fuera Julià, tampoco hubiese adelantado nombres. Hacerlo hubiese sido un suicidio y más teniendo en cuenta la posición del club en estos momentos complicados.

Dejó claro Julià que la situación económica condiciona la organización deportiva. Creo que todos somos conscientes de ello. Insistió en que, más que una excusa, es el escenario de realidad sobre el que se construirá el futuro Real Zaragoza. En cualquier caso, mostró abiertamente su decepción por lo que pasó en Palamós, a lo que no encontró explicación lógica. Pidió perdón a todos los aficionados, pues «el principal valor del Zaragoza es la afición a la hemos defraudado». Indicó que esta derrota tardará en olvidarse y afirmó que entendería que la afición no acudiera en masa al estadio en el primer partido de la próxima temporada. Evidentemente, sabe que eso no pasará. Aunque también es consciente de que tendrá que trabajar duro en las próximas semanas para volver a conquistar a una afición cuyo corazón quedó herido y maltrecho después de lo sucedido en Palamós.


"Ante todo, Zaragoza" (foto de @RZCD1932legend)
No profundizó demasiado en las causas, pero sí confirmó que el partido Llagostera-Zaragoza quedó fuera de las casas de apuestas españolas, lo demostraba que no se trataba de un simple rumor. Reprochó a los jugadores su actitud e incidió en que la bajada de prestaciones se produce a partir del encuentro frente al Numancia. En el análisis del partido de Palamós, Julià y yo coincidimos en que si la goleada se produce en mitad del campeonato, no hubiera pasado nada. Pero discrepamos en lo de los ocho jugadores titulares frente a la Llagostera con contrato en vigor, que hubieran podido jugar en Primera. Y discrepamos porque yo considero que muchos de esos jugadores no hubieran tenido cabida en una plantilla formada para competir en la máxima categoría.

Y ya para ir cerrando esta entrada, cabe señalar que, aunque no dio nombres, Julià si ofreció las líneas maestras del Zaragoza que quiere construir para afrontar con garantías la próxima temporada. Del nuevo entrenador dijo que «requiere personalidad para aguantar el entorno» y también que «tiene que conocer la categoría». Y añadió Julià que al nuevo técnico zaragocista se le va a exigir compromiso, como a los jugadores que formarán la próxima plantilla.

Manu Lanzarote (foto de @jalopezarilla)
El futuro Real Zaragoza se va a definir por el carácter, por la garra y por la rasmia. Así describió Narcís Julià a los jugadores que compondrán la plantilla zaragocista en la que será su cuarta temporada consecutiva en la categoría de plata del fútbol español. El director técnico blanquillo anunció numerosos cambios. Los que lleguen tendrán que demostrar desde el primer día su capacidad para salir a ganar todos los partidos. «Personalidad, compromiso, ganas de dejarse la piel»: estas son las virtudes que deberá mostrar cada uno de los futbolistas que lleguen al nuevo Real Zaragoza. Añadió que se está trabajando para conseguir la continuidad de Lanzarote y Guitián, aunque en el caso del catalán dejó entrever que no iba a ser fácil. Apuntó que, en cualquier caso, también dependía de ellos.

José Antonio López Arilla.
Twitter: @jalopezarilla
Instagram: josean_lopez

lunes, 6 de junio de 2016

ZARAGOZA NO SE RINDE


Han pasado ya dos días y sigo dando vueltas a lo que sucedió el sábado por la noche en Palamós. Cualquiera de nosotros hubiera podido encontrar un titular para explicar una debacle sin parangón en la historia del Real Zaragoza: deshonra, deshonor, vergüenza, afrenta, oprobio, ultraje. Un sinfín de calificativos que, todos unidos, no alcanzan para definir lo que vivimos los aficionados zaragocistas. Es paradójico: la del sábado fue una noche para olvidar que, sin embargo, vamos a recordar siempre.

Hoy ya todo me da igual. Estamos fuera de la promoción. Seguiremos un año más en Segunda. Me da igual quién jugó en el pequeño estadio municipal de Palamós. Me da igual quién era el entrenador del Zaragoza. Me da igual si hubo jugadores que se borraron del partido y si otros no aparecieron pese a encontrarse sobre el terreno de juego. Hoy todo me da igual, porque el mal ya está hecho.

Ha sido una temporada larga. Cuarenta y dos partidos que, siendo realistas, ponen a cada uno en su sitio. El Real Zaragoza ha sido peor que siete equipos. Hemos soñado con el ascenso directo. Cuando se esfumó esta posibilidad, todos nos aferramos a la promoción. Pero una liga, un ascenso o una permanencia no se conquistan en un solo partido. El último es solo uno más de todos los que componen el calendario de competición. Y ahora recuerdo el gol del Huesca en La Romareda en el minuto 93. Y el 2 a 0 que levanta el Numancia en la primera vuelta. Y la derrota de Oviedo (1-0). Y el infame partido de Almería (2-1). Y el que ganamos al Albacete en el descuento (1-0). Y la goleada encajada ante el Girona (0-3).

Lo de Palamós se veía venir: la segunda parte de Huesca no fue un espejismo. El deprimente encuentro frente al Oviedo fue el enésimo en el que el Zaragoza era incapaz de dominar, de controlar el tempo de juego, de gobernar el choque ante un rival herido de muerte. Sí, la ilusión por el ascenso no nos permitió apreciar que lo de Palamós se veía venir. Nunca imaginamos una derrota tan severa. Ni se esperaba, como tampoco se esperaba una falta de actitud tan grande por parte de un grupo que se podía estar jugando no solo el futuro de la entidad, sino también el suyo propio.

El problema para el Zaragoza, para Carreras y para los futbolistas que hicieron el ridículo sobre el terreno de juego es que esa derrota llegó en la última jornada, cuando ya nada tenía solución. El Zaragoza no fue un equipo, sino una banda. Pero no menos que otras veces. Si lo de Palamós hubiese pasado a falta de cinco o seis jornadas, Carreras hubiese sido despedido. Si el Oviedo hubiese empatado en el descuento una jornada antes, posiblemente el Zaragoza hubiera ganado en Palamós. Pero las cosas suceden cuando tienen que suceder. Y los jugadores no estuvieron a la altura en un partido en el que tenían que haberse dejado la piel y el alma. Y a la Llagostera le salió todo. Un tal Querol, que solo había marcado un gol en todo el campeonato, mete cuatro de una tacada. Con el 1-0, los de Carreras pierden el sitio y ya no fueron capaces de recuperarlo. El Zaragoza echó en falta que apareciera algún jugador inteligente que hablara con sus compañeros, que les preguntara qué estaban haciendo. Faltaron ganas. Faltó garra. Faltó sangre para morir matando. Pensamos que la Llagostera no haría nada. Y no hizo mucho. Solo lo que tenía que hacer. Salir a jugar al fútbol, pese a que ya estaba descendido. Solo una cosa hizo el Zaragoza, y muy bien, por cierto: el ridículo. Y la Llagostera, con casi nada, el partido del año. Y poco más que contar.

No voy a dudar de la profesionalidad de nadie. Ni voy a creer noticias que no estén contrastadas. No pensaré nunca que un solo jugador del Zaragoza no ha querido ascender. No me lo creo. He sido jugador y entrenador. Y después periodista. Y no he visto nada raro en mi vida. ¿Puede pasar? Sí, claro. No lo voy a negar. Pero mientras no tenga pruebas, no voy a denunciar amaños ni tejemanejes. Y tampoco me voy a escudar en conspiraciones arbitrales, pese al daño que hicieron López Amaya en Soria y De la Fuente Ramos frente al Nàstic en La Romareda.

Durante gran parte de la temporada soñamos, quizá porque, pese a no jugar bien, los fallos de los demás dieron lugar a que el Zaragoza nunca se descolgara. Pero siendo sensatos y leales al escudo que todos llevamos tatuados en el alma, el Zaragoza nunca ha sido un equipo. Sí ha tenido varios jugadores buenos, interesantes, pero nunca ha sido un equipo. Creo que el Zaragoza ha tenido una buena plantilla este año, siempre con matices, pero ni Popovic ni Carreras, refuerzos de invierno incluidos, han sabido dar estructura y coherencia de juego.

Y es en estos momentos, dos días después de la deshonra que vivió nuestro escudo, cuando recuerdo a Rubén Sosa y su gol al Barça en abril de 1986, cuando revivo el gol de Nayim al Arsenal el 10 de mayo de 1995. Porque sí, porque yo estuve en París. Y también en Montjuic, cuando un zapatazo de Galletti sirvió para derrotar al Real Madrid de los galácticos y traer “otra copica pa’la Pilarica”. Yo estuve en Zaragoza una noche en la que Diego Milito y Ewerthon le metieron seis goles al Madrid. Por el contrario, también viví en primera persona el descenso de Villarreal. Y sufrí con la final de Copa que un tal Urío Velázquez regaló al Madrid en 1993. Y la que se perdió frente al Espanyol. He reído, he gozado y he sufrido. He llorado de alegría y de tristeza.

Ya sé que suena a tópico, pero precisamente porque directivos, entrenadores y jugadores están de paso, y porque el escudo y esta camiseta siempre estarán en lo más alto, los zaragocistas estamos obligados a levantarnos y a seguir apoyando al club que amamos. Debemos seguir cantando con todas nuestras fuerzas el himno que unos pocos, entre lágrimas y sollozos, gritaban a los cuatro vientos el pasado sábado en Palamós, cuando el marcador ya reflejaba el contundente 6 a 2 y el partido moría al mismo ritmo que nuestra ilusión y nuestra esperanza.

Hoy, sumido aún en la amargura de lo que sucedió el pasado sábado, sé que somos especiales, que los zaragocistas estamos hechos de buena pasta, que disfrutamos de los triunfos y que sufrimos con las derrotas. Pero siempre, siempre nos crecemos en la adversidad. No es un tópico: Zaragoza y el Real Zaragoza no se rinden. Zaragoza y el Real Zaragoza son y serán inmortales.

José Antonio López Arilla
Twitter: @jalopezarilla
Instagram: josean_lopez